The Collection es un cortometraje documental que narra la historia de dos amigos, DJ y Marilyn, en Omaha, Nebraska, que en 1999 se hicieron por 2.000 dólares con el inventario completo de uno de los dos fabricantes homologados, en EE.UU., que realizaba los grabados que permitían la reproducción en letterpress de los anuncios de películas que salían en prensa.
La colección cuenta con 8.000 planchas y 50.000 bloques que abarcan películas desde la época del cine mudo hasta 1984. Fecha en la que los periódicos estaban migrando de la impresión tipográfica (letterpress) al offset y se produjo el cierre del fabricante de Omaha.
El hallazgo había permanecido durante 15 años en la trastienda de un anticuario dentro de un montón de cajas de cartón. El tiempo dejó una capa de polvo adherida a los restos de tinta que sólo con vinagre han conseguido eliminar.
Desde entonces ha habido una labor intensa de documentación y limpieza. En 2015 la colección se valoró entre 8-12 millones de dólares.
El documental deja entrever la principal motivación de tanto esfuerzo: su pasión por el cine y la influencia de éste en los recuerdos de las personas.
Sin embargo el audiovisual, de factura intachable, que parece casi un teaser de algo mayor, deja muchas incógnitas. ¿Cómo sabían de la colección? ¿Qué les empujó a adquirirla? ¿Cuál va a ser el siguiente paso una vez finalizada la labor de inventariado? En diferentes momentos se habla de su intención de sacarle rédito económico.
Al documentarnos sobre esta entrañable historia hemos descubierto la web de DJ y Marilyn con la que hemos podido atar cabos.
DJ trabajó con la empresa que fabricaba este material y tiene, desde los años 80, amplios conocimientos sobre la impresión tipográfica y el offset.
Todo apunta a que la intención de los propietarios es venderla de manera indivisible a un único comprador. Su esperanza es que esos clichés puedan volver a ser impresos.
En este sentido la web muestra las ventajas de adquirir la colección y desglosa cómo sacarle unos 60 millones de beneficio si por ejemplo se imprimen ediciones limitadas de 400-500 ejemplares a 45$ el ejemplar.
En uno de los apartados de la web, donde detallan el potencial de la inversión, hablan de que este material “está exento del pago de derechos a la industria”. No se explica nada al respecto, sólo este breve enunciado.
Uno de los puntos débiles de este gran repertorio son las cuestiones legales de la reproducción de los carteles de las películas y la permisividad que tendrían las distribuidoras con un negocio a costa de sus productos. Por otro lado está en su contra que este tipo de grabados son fácilmente reproducibles si se cuenta con la imagen del cartel deseado.
Al margen de las cuestiones económicas, resulta admirable el empeño y la dedicación por rescatar del olvido una pequeña parte de la historia del cine relacionada con el mundo de las artes gráficas y más en concreto el letterpress. Sobre todo si tenemos en cuenta que en 1999 se anticipa al renacimiento de este tipo de impresión que resurgiría con especial fuerza a mediados de la primera década del siglo XXI.