Muchas veces hemos escrito sobre la importancia de una identidad corporativa bien trabajada y su aplicación en los desarrollos online y offline para mantener un armónico equilibrio.
Muchas veces asentimos sobre este principio imaginando empresas con cierto lustre creativo: estudios de arquitectura, empresas de comunicación, marcas de moda… Aunque seamos sinceros, en estos ámbitos no siempre es fácil que tomen una postura abiertamente a favor de su imagen de marca. No es cuestión de presupuesto, hay casos, donde se maneja y mucho, en los que directamente no lo ven. Pobreza de miras, con el bolsillo a rebosar.
Muchas veces imaginamos el escenario idílico anterior, menos habitual de lo deseable, y en nuestra visión no entran, por alejados, otros entornos con trabajos a pie de zanja tirando cable y haciendo conexiones en centrales telefónicas o plantas solares. Trabajos con mono y las manos curtidas. Pero si creemos en el diseño como herramienta y vía de comunicación coincidiremos también en su importancia para estos sectores.
Este es el caso de Promit, empresa dedicada a la fibra óptica (su instalación, empalme y comprobación de medidas) cuyos integrantes tienen tres décadas de experiencia en el sector. Con este bagaje a priori no eran necesarias cartas de presentación, son conocidos, tienen una amplia agenda de contactos y una muy buena imagen debida a la seriedad y calidad de su trabajo. A priori terreno díficil, más allá de un logo para salir del paso.
Afortunadamente en Promit apostaron por el desarrollo de una identidad que facilitara su gestión del día a día y diera la imagen de solvencia y especialidad que atesoran con sus trabajos.
Los folios en A3 doblados de manera improvisada para guardar planos de las obras y tomar notas de medidas sobre el terreno se cambiaron por carpetas de trabajo con los epígrafes necesarios impresos en offset en el pantone corporativo. La presentación de las ofertas se vistió con una carpeta corporativa con solapa y un gran golpe en seco altorrelieve. Las tarjetas de visita con su contracolado y su relieve, tanto impreso como en Pop Set Riviera Blue, ha causado sensación y algo de vergüenza en las grandes contratas, cuyos responsables lucen tarjetas endebles en un estucado impreso en digital malo sin cuidado alguno en el corte.
Lo mejor de todo esto, más allá de las anécdotas divertidas que nos cuentan, es descubrir cómo el trabajo de producción y sus elementos de papelería influyen en el ánimo de la plantilla y es motivo de orgullo lucir las tarjetas y las carpetas como signo de reconocimiento a su profesionalidad. “Estas carpetas son las que nos merecemos, un folio doblado… ná, esto es igual de bueno que nuestro trabajo.”.