Tratamos con materias vivas que no siempre obedecen las mismas normas, por mucho cuidado y dedicación que se les brinde, a veces responden de forma ingrata, con desaires que ponen en jaque a impresores, papeleros y fabricantes de tintas.
Este terremoto sucedió con el branding de Mamen Diego. Un proyecto cuyo resultado final y la brillante ejecución de sus fotografías muestran el lado amable de una ardua tarea, voraz en los desvelos profesionales e injusta en los costes personales que supuso.
Las circunstancias de este proyecto superadas con Atipo y el esfuerzo de todos, además de hacernos crecer, nos permiten invitar a una reflexión sobre los trabajos de producción gráfica que se ven en numerosas webs especializadas.
A veces la desmesura de proyectos, muchos de ellos mockups realmente buenos, nos llevan a la banalización de un trabajo artesanal que impone sus propios ritmos. Sus frecuentes apariciones lo hacen asequible y de consumo rápido, sin dejarnos ver su auténtica naturaleza compleja y caprichosa.
Atipo lo hace parecer fácil, pero no lo es.
A la luz de las imágenes se pueden deducir las claves de este trabajo: mantener el equilibro de color de complicados pantones pastel impresos en offset con diferentes tipos de papeles, la legibilidad de una tipografía fina estampada en plata sobre fondos oscuros, no perder los ángulos del diseño en el troquelado y conseguir un conjunto notorio en el que cada pieza destaque por sí misma.