Si quieres sorprender al tacto y a la vista por medio de un único sistema, la técnica de impresión más adecuada es la termografía o termorrelieve.
Proceso en el que con la tinta aún húmeda se vierten polvos termográficos que al pasar por una fuente de calor se funden y dejan una silueta con relieve que refleja la luz.
Esta reacción no afecta al color de la tinta que se mantiene intacto.