El resultado espectacular de las invitaciones de boda de Lola Téllez va más allá de su diseño y nuestras habilidades en lo que a producción gráfica se refiere. El secreto que sustenta este proyecto está en la confianza y el margen de tiempo con el que se afrontó.
Vamos a entrar en detalle. En la primera toma de contacto Lola venía con un arsenal de ideas y soluciones de acabados. Un torbellino de posibilidades con muchas vías a recorrer. Le recomendamos que simplificara, que se tomara su tiempo para encontrar el diseño con el que se sentía representada y que a partir de ahí nos pondríamos manos a la obra con el planteamiento de producción y su presupuesto.
Lola confío en nosotros y así lo hizo. Pasadas unas semanas volvió con un diseño sobre el que trabajamos el mejor planteamiento para evitar sorpresas y nos pusimos manos a la obra con su producción. Un trabajo de estas características necesita tiempo. Tiempo para hacer pruebas y maquetas en los que depurar los detalles, tiempo para su producción y sobre todo tiempo para su manipulado tan exigente. Lola planificó todo con casi un año de antelación con lo que no hubo presiones ni agobios de ningún tipo. Así logramos este resultado con el que quedó encantada.
En lo que respecta a la parte técnica recurrimos a la impresión en offset sobre papeles creativos de las marcas Olin y Gmund Matt junto con un troquelado convencional y paciencia, mucha paciencia para un manipulado tan delicado.